Este verano apuesta por la manzana porque es una fruta hidratante que quita la sed gracias a su contenido de agua.
Además, aporta fibra, potasio y fósforo. Su periodo de maduración natural se produce desde finales de agosto hasta principios de septiembre.
Mejora el tránsito intestinal, pero en los casos de diarrea es mejor consumirla en puré o rallada. Varios estudios han comprobado que es buena para el corazón gracias a su contenido en histidina.
Por su contenido en antioxidantes, puede ser beneficiosa para reducir el riesgo de desarrollar alzhéimer. Incluso, ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre y es saciante.
Cuando estés estresado puedes tomar una manzana, porque por su contenido en vitamina B12 y potasio ayuda a aliviar el estrés y combatir el insomnio.
Existe una amplia variedad de manzanas, como la «golden», la «royal gala», la «starking», la «granny smith», etc.
El periódico digital Okdiario explica que «las manzanas amarillas refuerzan el sistema inmune gracias a que aportan vitamina C y los fitoquímicos. Mientras que las tradicionales manzanas verdes, que son las más comunes mantienen los huesos fuertes y cuentan con polifenoles e isoflavonas».
Varios estudios han descubierto que las manzanas de piel roja destacan por el calcio, tanto en la cáscara como en la pulpa.
Gracias a esta fruta podemos disfrutar de la sidra. En Estados Unidos apuestan por esta bebida desde hace unos 8 años y en los países nórdicos se está postulando como bebida nacional.
El interés por esta bebida también está creciendo en otros países como Francia, Inglaterra y Letonia.b
La sidra natural es 100% mosto de manzana y no está filtrada ni estabilizada. Los asturianos vierten la sidra en el vaso desde una altura de unos 30 o 40 centímetros.
Los profesionales de Boada Tecnología Ibérica, expertos en la fabricación de maquinaria para la elaboración de sidra, nos cuentan que en su proceso de elaboración no se le añade azúcar añadido ni residual.
La sidra natural no tiene mucha química, ya que como mucho, puede tener sulfitos. Es una bebida antioxidante y buena para la salud cardiovascular.
Las personas diabéticas pueden consumir esta bebida, ya que ayuda a prevenir esta enfermedad.
Otro estudio descubrió que los polifenoles que la manzana aporta a la sidra ayudan a prevenir la aparición de tumores.
Es una bebida alcohólica de baja graduación, el volumen de alcohol oscila entre el 3% y el 9%. La sidra tiene menos calorías que la cerveza y, por lo tanto, engorda menos.
Es una de las bebidas alcohólicas que menos calorías aporta, aproximadamente 50 kilocalorías por cada 100 mililitros.
Recetas con sidra
En este artículo te explicamos dos recetas con sidra. ¡Toma nota!
Sidra caliente con especias
En invierno puedes preparar una copa de sidra caliente con especias. Esta bebida es común en países donde hay muy bajas temperaturas.
Para preparar esta receta necesitas: 1 litro de sidra, 1 manzana, dos cucharadas de azúcar moreno, 1 naranja, 1 cucharadita de canela,
¼ cucharadita de nuez moscada, 2 cucharadas de clavos de olor y canela en rama.
Primero pela 1 naranja tratando de que no queden restos de piel blanca. Coloca en una olla la sidra con las especias, el azúcar moreno y la piel de la naranja.
Después, corta la manzana en cuartos, quítale las semillas y colócalas en la olla. Lleva la mezcla a fuego medio hasta que hierva.
Cuando rompa el hervor, apaga el fuego y deja que la mezcla repose durante 10 minutos. A continuación, cuela la sidra y guarda esta bebida en una botella.
Es importante servir bien caliente con una rama de canela o una cucharadita de azúcar moreno.
Caballa a la sidra
También puedes preparar caballa a la sidra, ya que es una receta deliciosa y saludable. Es un plato tradicional de la cocina gallega.
Para elaborar esta receta necesitas: 2 caballas grandes, 2 cebollas, 1 vaso de vino blanco, 1 vaso de sidra, 2 dientes de ajo, ½ vaso de aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada de perejil finamente picado, 1 cucharadita de harina, sal y pimienta al gusto.
Primero limpiamos la caballa y salpimentamos por todos lados. En una sartén grande, ponemos un poco de aceite de oliva y sofreímos el pescado a fuego lento hasta que esté bien cocido.
Cuando la caballa esté lista, la retiramos de la sartén y reservamos. Después, en la misma sartén, añadimos un poco más de aceite de oliva y sofreímos ajo y perejil.
Agregamos un poco de harina y la tostamos ligeramente. A continuación, añadimos una copa de vino blanco y de sidra.
Dejamos cocer a fuego bajo hasta que se reduzca la salsa. Finalmente, agregamos el pescado y dejamos cocinar unos minutos más.