Seguro que más de una vez te ha dolido la espalda después de mover algo en el trabajo y has pensado: “Uf, otra vez no”. Todos hemos pasado por eso. Yo también. A veces creemos que levantar una caja o un saco no es gran cosa, hasta que un día el dolor no se va y te das cuenta de que tu cuerpo está pidiendo ayuda.
Lo cierto es que muchas lesiones se podrían evitar si prestáramos un poco de atención a cómo movemos las cosas. Solo hay que aprender unos trucos y hábitos que nos salvan la espalda a largo plazo.
Estadísticas reales sobre lesiones por coger mal peso en el trabajo
Levantar peso en el trabajo parece algo normal, casi rutinario. Pero la realidad es que hacerlo mal puede costar caro. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo, millones de personas en el mundo sufren lesiones cada año por mover cargas de manera incorrecta. En España, por ejemplo, la Seguridad Social ha registrado que uno de los principales motivos de baja laboral está relacionado con problemas de espalda, y buena parte de esos problemas vienen de levantar peso sin técnica.
En números más concretos: alrededor del 30% de las lesiones laborales tienen que ver con la espalda y el cuello. Y lo peor es que muchas podrían haberse evitado con unas pautas básicas. No hace falta ser un atleta ni tener un cinturón lumbar especial; la clave está en saber cómo moverse.
Lo curioso es que, aunque hay carteles en muchas fábricas o almacenes con dibujitos de cómo levantar cajas, la mayoría no les presta atención. Y claro, cuando llega la primera lesión, es cuando uno se acuerda de que esos carteles no estaban de adorno.
Hernias discales: qué son, por qué ocurren y cuáles son sus síntomas
La palabra “hernia discal” suena seria, y lo es. Básicamente, se trata de un problema en los discos de la columna. Los discos son como pequeños cojines que están entre las vértebras. Su función es amortiguar los movimientos y mantener la flexibilidad.
Cuando se levanta peso de forma brusca o con la postura incorrecta, esos discos se pueden desplazar o romper. Eso es una hernia discal. El resultado: dolor que puede ser leve al principio pero que, si no se cuida, se vuelve crónico y limita un montón de cosas en la vida diaria.
Los síntomas más típicos son:
- Dolor en la zona lumbar que baja hasta la pierna.
- Hormigueo o entumecimiento en glúteos, muslos o pies.
- Debilidad muscular.
- En casos graves, dificultad para caminar o incluso para estar de pie mucho tiempo.
¿Por qué ocurren? Normalmente, por una mezcla de factores: cargar peso mal, movimientos repetitivos, falta de fuerza en la zona abdominal, sobrepeso, o simplemente desgaste con los años. Pero en el trabajo, el detonante más común es coger una caja, un saco o una herramienta sin agacharse bien o sin pensar en cómo levantarla.
Otras lesiones comunes por levantar mal peso
No solo existen las hernias discales. Al mover peso mal, el cuerpo se resiente en muchos sitios. Algunas de las lesiones más habituales son:
- Lumbalgia: dolor en la parte baja de la espalda. Puede ser pasajero o durar semanas.
- Esguinces musculares: cuando un músculo se estira más de la cuenta o se rompe.
- Lesiones en el hombro: sobre todo si el peso se levanta por encima de la cabeza.
- Problemas en las rodillas: porque muchas veces, en vez de doblar las piernas, se fuerza la articulación.
- Tendinitis: la inflamación de los tendones, muy común en brazos y muñecas.
Lo malo de estas lesiones es que, aunque algunas parecen “leves”, si se repiten acaban siendo crónicas. Y eso significa dolor constante, visitas al médico y limitaciones.
¿Cómo se cura una lesión por ello?
La forma de curar depende del tipo de lesión, pero en general hay varios pasos que se repiten:
- Reposo relativo: no significa estar tirado en la cama todo el día, porque eso puede empeorar las cosas. Significa no forzar la zona lesionada.
- Medicamentos: antiinflamatorios, analgésicos o relajantes musculares recetados por un médico.
- Fisioterapia: masajes, calor, estiramientos y ejercicios específicos.
- Ejercicio de fortalecimiento: cuando el dolor baja, hay que trabajar los músculos para que la espalda o la zona afectada se recuperen.
- En casos graves: cirugía, sobre todo con hernias discales que no mejoran con tratamientos más simples.
Lo que mucha gente hace mal es ignorar el dolor. “Se me pasará en dos días”, dicen. Y cuando se quieren dar cuenta, han pasado semanas y la lesión es peor. La clave está en acudir al médico cuanto antes.
Y si ocurre en el trabajo… ¿qué pasa?
Cuando la lesión ocurre en el trabajo, el tema se complica porque entran en juego responsabilidades legales. Y ahí es donde mucha gente no sabe qué hacer.
Si es culpa tuya
Puede pasar. Si uno no hace caso a las recomendaciones, levanta peso a lo bruto o intenta hacerse el fuerte, la lesión puede considerarse responsabilidad personal. Aun así, si ocurre durante la jornada laboral, sigue siendo un accidente de trabajo y se puede tramitar como tal. Eso sí, la empresa no siempre cubrirá todo si se demuestra negligencia.
Si es culpa de la empresa
Aquí cambia todo. Si la empresa no da la formación necesaria, no ofrece herramientas adecuadas (como carretillas o cinturones lumbares) o obliga a los trabajadores a mover más peso del permitido por ley, la responsabilidad recae en ella.
En estos casos, lo mejor es contar con abogados especializados. Por ejemplo, Abogados-Unidos, un grupo con más de 30 años de experiencia en accidentes laborales y de tráfico, explican que lo primero es recopilar toda la información: partes médicos, testigos, informes de prevención de riesgos. Con eso, se puede demostrar que la empresa no cumplió su parte.
¿Por qué es importante contar con abogados profesionales? Porque enfrentarse a una empresa en un tribunal no es fácil. La mayoría intentará esquivar responsabilidades, y un trabajador solo no suele tener ni los recursos ni el conocimiento legal para defenderse. Un abogado laboralista sabe qué documentos pedir, cómo reclamar indemnizaciones y qué derechos proteger.
Si no sabes si es accidente laboral o no
Hay personas que, directamente, no saben ni si lo que les pasó cuenta como accidente laboral. En esos casos, lo mejor es informarse cuanto antes. Preguntar al delegado de prevención, hablar con el sindicato, revisar la normativa interna de la empresa o, directamente, consultar a un abogado especializado puede marcar la diferencia.
Porque dejarlo pasar puede suponer perder derechos y complicar cualquier reclamación futura por compensación o tratamiento médico.
Técnicas básicas para levantar peso sin riesgo
Hasta aquí hemos hablado de lesiones y problemas, pero ¿cómo evitarlos? Aquí van unas pautas básicas que sirven para casi todo tipo de trabajos:
- Planear antes de mover: mirar el peso del objeto, pensar dónde se va a colocar y comprobar si se puede pedir ayuda.
- Acercarse al objeto: cuanto más cerca esté del cuerpo, menos fuerza hace falta.
- Doblar las rodillas: nunca agacharse doblando solo la espalda. Hay que flexionar las piernas y mantener la espalda recta.
- Agarrar bien: usar ambas manos, no los dedos sueltos.
- Levantar con las piernas: el esfuerzo debe salir de los músculos de las piernas, no de la espalda.
- Evitar giros bruscos: si hay que girar, se gira con todo el cuerpo, no solo con la cintura.
- No levantar más de lo que uno puede: parece obvio, pero muchas lesiones vienen de querer demostrar fuerza innecesaria.
Ejercicios para fortalecer la espalda y prevenir lesiones
No todo es técnica. También es importante tener el cuerpo preparado. Con algunos ejercicios sencillos se puede reforzar la espalda y reducir riesgos. Por ejemplo:
- Plancha abdominal: fortalece el core, que es clave para proteger la espalda.
- Puentes de glúteos: ayudan a reforzar la zona lumbar y la cadera.
- Estiramientos de isquiotibiales: mantener flexibles las piernas evita que tiren de la espalda.
- Elevaciones de piernas tumbado: fortalecen el abdomen bajo.
- Caminar o nadar: actividades suaves que mejoran la postura general.
No hace falta ser un fanático del gimnasio. Con 10-15 minutos al día de estos ejercicios, la espalda lo agradece.
Cuida tu espalda, tiene que durarte toda la vida
Levantar peso mal en el trabajo no es una tontería. Los datos lo dejan claro: miles de personas cada año acaban con bajas, dolores crónicos o incluso cirugías por algo que, en muchos casos, se podría haber evitado.
Las hernias discales, las lumbalgias y todas las demás lesiones no aparecen de un día para otro sin motivo. Suelen ser el resultado de pequeñas acciones repetidas, de malas posturas y de no darle importancia a la prevención.
Por eso, lo mejor es tener en cuenta tres cosas:
- Aprender la técnica correcta para levantar peso.
- Cuidar el cuerpo con ejercicio y descanso.
- Conocer los derechos laborales para estar protegido en caso de accidente.
Espalda solo hay una, y es la que permite moverse, trabajar, disfrutar del tiempo libre y envejecer sin dolor. Cuidarla es una inversión para toda la vida, y más si el trabajo implica esfuerzo físico.