Cuando nos disponemos a realizar alguna reforma en nuestra casa ya sea para crear una habitación extra, tirar un tabique o simplemente colocar una nueva ventana, hay multitud de cosas a tener en cuenta como la elaboración de un presupuesto, planificarlo todo de forma correcta o contar con los permisos pertinentes. Pero no nos damos cuenta de que nos estamos saltando otro requisito muy importante, el más importante de todos en realidad, y es que como todo lo que hacemos repercute al medio ambiente, debemos tener esto en cuenta a la hora de elaborar la lista de requisitos.
¿Qué acciones perjudican al medio ambiente sin que a veces nos demos cuenta?
Cuando realizamos una reforma en casa, aunque sea una obra pequeña, existen numerosas acciones que dañan en mayor o menor medida al medio natural que nos rodea, y el problema está en que, por muy obvio que resulte el alcance de nuestra acción, a veces no nos damos cuenta porque nos dejamos llevar por los métodos habituales. Aquí te dejo algunos ejemplos de prácticas que tienen consecuencias para el medio ambiente:
- Demolición sin reciclaje: la demolición de estructuras sin la adecuada gestión de los materiales puede generar una gran cantidad de desechos que terminan en vertederos. Esto provoca la acumulación de residuos sólidos y la ocupación de espacio en los vertederos, lo que puede afectar negativamente al suelo y al medio ambiente que lo rodea.
- Uso excesivo de materiales nuevos: optar por materiales nuevos en lugar de aprovechar opciones recicladas o reutilizadas, para darles una segunda vida y utilidad, aumenta la demanda de recursos naturales, debido a esto, la extracción y procesamiento de nuevos materiales pueden tener impactos ambientales significativos, incentivando la deforestación y la degradación del hábitat.
- Instalación de sistemas de calefacción o refrigeración ineficientes: la elección de sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) ineficientes puede aumentar el consumo energético del hogar. Esto no solo trae consigo facturas de energía más altas, sino que también produce mayores emisiones de gases de efecto invernadero, afectando al cambio climático.
- Uso excesivo de productos químicos en la pintura y acabados: la aplicación de pinturas, selladores y acabados que contienen altos niveles de compuestos orgánicos volátiles (COV) puede afectar negativamente la calidad del aire interior. Los COV pueden liberarse en el aire durante y después de la aplicación, producen un aumento en la contaminación atmosférica.
- Eliminación inadecuada de residuos: cuando no eliminamos correctamente los residuos de construcción y demolición, especialmente aquellos que contienen materiales tóxicos o peligrosos, podemos contaminar el suelo y agua de nuestro alrededor. Esto representa un riesgo para la salud humana y el entorno natural.
- Desarrollo en zonas ecológicas sensibles: la construcción en áreas ecológicamente sensibles, como bosques o humedales, puede resultar en la pérdida irreparable de hábitats naturales y esto nos puede llevar a la extinción de especies locales, además de afectar al equilibrio de los ecosistemas.
- Impermeabilización excesiva: la impermeabilización excesiva de superficies urbanas puede dar lugar a problemas como impedir que el agua de lluvia se absorba, aumentando el riesgo de inundaciones y reduciendo la recarga de los acuíferos.
- No considerar la eficiencia energética en la iluminación y electrodomésticos: la elección de iluminación y electrodomésticos ineficientes desde el punto de vista energético aumenta el consumo de electricidad, por tanto, tendremos una mayor demanda de recursos energéticos y emisiones de gases de efecto invernadero.
Formas respetuosas de hacer cualquier reforma.
- Eficiencia energética: priorízala al seleccionar electrodomésticos, iluminación y sistemas de calefacción/aire acondicionado. Elige productos con certificaciones de eficiencia energética.
- Materiales sostenibles: como por ejemplo maderas certificadas que procedan de explotaciones sostenibles, tal y como recomiendan los profesionales de Cubiertas Estévez, suelos de bambú, pinturas sin COV y aislantes ecológicos.
- Reciclaje y reutilización: aprovecha al máximo los materiales existentes. Recicla o reutiliza componentes de la estructura antigua, como puertas, ventanas o muebles, ya que esto reduce la demanda de nuevos materiales.
- Gestión de residuos: clasifica y recicla los materiales durante el proceso de demolición y construcción, para disminuir la cantidad de desechos enviados a vertederos.
- Construcción en seco: este método genera menos residuos y requiere menos recursos hídricos en comparación con la construcción tradicional de albañilería.
- Recolección de agua de lluvia: esto es muy útil para riego y otros usos no potables, ayudando a reducir la dependencia de recursos hídricos.
- Iluminación natural: para aprovechar al máximo la iluminación natural para reducir la necesidad de iluminación artificial, considera la instalación de ventanas de alto rendimiento energético.
- Climatización eficiente: al seleccionar sistemas de climatización, opta por opciones respetuosas y con tecnologías más limpias. Asegúrate de que estén bien aislados para conservar la energía.
- Paneles solares: si es posible, instala paneles solares para generar energía renovable y reducir el consumo eléctrico.
- Revestimientos eco-friendly: hay opciones hechas de materiales reciclados o reciclables y son aptas para suelos, paredes y techos.
- Mejor aislamiento: un buen aislamiento ayuda a reducir el consumo de energía tanto para calefacción como para refrigeración.
- Certificaciones sostenibles: busca certificaciones de sostenibilidad para productos y materiales. Algunas de estas etiquetas son LEED o Energy Star.
Evidentemente tenemos a nuestra disposición multitud de opciones más, pero ten por seguro que, llevando a cabo solo algunas de esta lista, ya estás contribuyendo mucho más que la mayoría.
